En la actualidad la sociedad ha evolucionado muchisimo en el modo de ver a los perros. En la antigüedad un perro era un animal de utilidad para realizar un trabajo especifico, la caza, la vigilancia... Se pedía que hiciese un trabajo en concreto. Vivían en el exterior y no se les prestaba mayores atenciones. Hoy la mayoría de los perros no trabajan, se han convertido en animales de compañía, lo que hemos definido como mascotas y comparten estrechamente el espacio con nosotros. Esto es la causa de que cada día se les exige mejor comportamiento, en algunos casos hasta se pretenden que "sean humanos".
Trajiste un cachorro a casa. Hasta ahora habías tolerado muchas cosas, que a medida que va creciendo te resultan cada vez más intolerables, se come los zapatos, salta sobre el sofá, huye cuando lo llamas, ladra compulsivamente y en difinitivamente hace lo que le da la gana. pero el tiempo pasa y el cachorrillo va ha cumplir cuatro meses, ha llegado el momento de pensar en educarlo. En España las leyes nos obligan ha prestarles atención pero esta mismas leyes no nos obligan no nos obligan a educarlos, sin embargo hemos visto la necesidad de hacerlo.
Procurar su felicidad en cambio si depende de nosotros, ese animalito que nos da todo su cariño y agita su cola cuando nos ve forma parte de nuestra familia. Debes empezar ha considerar que tu perrito necesita algo más que un plato de comida y unos paseos diarios para hacer sus necesidades. Educando a tu perro disfrutas mucho más de compañía y haces que sea feliz. El perro es una animal gregario, lo que significa que es un animal sociable que precisa de su manada, es decir de su familia y que a su vez precisa de que se establezca una jerarquía. Lo que se considera refuerzo social, esta es una premisa indispensable para establecer su felicidad.
En tanto que animal gregario solo se realiza plenamente en tanto forme parte de esa comunidad. Los humanos hemos sustituido la manada y la jauría primitiva por la familia. Dentro de este grupo el perro comunica sin excitación, sin impaciencia, siguiendo la pautas de su propia especie. Por ello aparecen comportamientos no deseados en perros que no fueros rigurosamente sociabilizados de cachorros y gran parte de ellos acaban abandonados en las cunetas o en las protectoras de animales.
Nosotros nos convertimos en sus educadores, contrario a lo que mucha gente puede pensar, ser positivista, utilizando técnicas no punitivas, no representa ser permisivo y permitir que el perro haga lo que le dé la gana, si no todo lo contrario, en el interior de una manada los perros adultos son muy tolerantes con los cachorros pero en cuanto se llegan a la pubertad se encargan de enseñarles las reglas de juego de un modo implacable, enseguida aprenden las normas de sumisión para poder convivir. Pero no nos engañemos los cachorros no sufren por ello, se trata de un acoso psicológico más que físico, los cachorros no tardan de asimilar que mostrando insumisión se libran de tal acoso. Un adulto equilibrado nunca arremete por que si al cachorro si no que se hace entender.
debes educar a tu perro puesto que es el único modo de que sea feliz, entendiendo que su felicidad se desarrolla dentro de los cauces que la naturaleza estableció para su especie, el perro siempre tiene que ser perro.
El cachorro espera que nos comportemos como lo haría un perro adulto y el método están sencillo como irle enseñando unos valores que haga que su convivencia con los seres humanos sea placetera. En eso consiste precisamente la educación o lo que algunos califican como obediencia.
La mayoría de los perros con independencia de su raza están deseosos de complacer a sus lideres, algunos de cooperar, esto es lo que propicia la conexión y esta la educación.
Hemos de empezar a enseñarle a que establezca unos comportamientos que luego lo asociaremos a una señal que le llamaremos ordenes, p`rimero sencillas, como sentado, ven, quieto... y gradualmente de mayor complejidad aumentando progresivamente la exigencia.
La obediencia depende más de quien manda que de quien obece. Si en todo momento somos coherentes, y enseñamos al perro que toda acción tiene unas consecuencias y por lo tanto un refuerzo, de un modo amistoso mediante premios y juegos seremos capaces de establecer una relación, que nos permita en todo momento y de manera permanente una conexión que de lugar a una cooperación y esta a su vez de una educación sana y duradera.
Al igual que el perro adulto se abstiene de infringir daño físico al perro joven, nosotros nunca debemos castigar físicamente al perro, puesto que eso quebraría la confianza que esta depositando hacia nosostros. El castigo físico convierte al animal en miedoso y perezoso siempre dudando de nosotros, la cooperación y el vinculo hará de nuestro perro un compañero de equipo, un compañero que disfruta viviendo con nosotros y cooperando, sabiendo en todo momento cual es el lugar que ocupa en nuestra familia, pues tendrá bien asentadas las pautas de la docilidad.
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