La motivación es precisamente el
caballo de batalla más importante al que se enfrentan guías y técnicos. Siempre
resulta interesante que alguien haga alguna reflexión sobre ello para buscar la
manera de lograr un mayor rendimiento en los deportes y disciplinas caninas,
igual que ocurre en todos los deportes de equipo.
Todo el mundo se pregunta ¿que puedo
hacer para que mi perro corra más?. La clave esta en la respuesta de como
administrar los reforzadores y cuales son los que tienen más valor para el
perro.
“Existen un amplio abanico de
reforzadores a nuestra disposición. El éxito de un educador canino depende de
su destreza para elegir el más indicado en cada situación y aplicarlo en la
magnitud y de la forma adecuadas”. Kay Laurence.
1.
Utiliza
el motivador que al perro más le encanta:
No importa el motivador que utilicemos,
siempre que al perro le encante y que nos permita administrarlo, cerca y lejos
de nosotros (en la mano o lanzándolo).
2.
Entrena
siempre con sesiones cortas y concretas:
Al trabajar con tu perro trata de trabajar
habilidades especificas en lugar de trabajar secuencias largas y poco
concretas. Esto nos permitirá que el perro obtenga mayor tasa de refuerzo en un
menor espacio de tiempo y no le daremos oportunidad para que se estrese con los
errores que pueda cometer. Aplica el entrenamiento sin errores, haz que siempre que sea
posible.
Dividelos en pequeños pasos para hacerlos
más comprensibles para el perro.
3.
Equilibra
tus sesiones de entrenamiento:
Una forma muy común a la hora de buscar
más velocidad en el trabajo
con el perro es practicar continuamente "círculos de velocidad" grandes secuencias circulares o rectas que implican
poco o ningún tratamiento. El problema es de este enfoque es que el perro solo
aprende a tener confianza en lineas rectas y en secuencias de giro nada
ajustadas. Estos perros tienden a venirse abajo tan pronto como un recorrido
implique algún giro algo cerrado. Si estas trabajando utilizando círculos de
velocidad debes asegurarte de ir añadiendo algún giro de 180º y de 270º y
recompensar al perro en cuanto gire de forma inmediata. Podrás también terminar
premiando al perro en una pequeña recta.
Siempre incluir sesiones de formación
balanceadas que enseñen al perro a superar las dificultades de una manera
progresiva. Es muy importante subir el criterio de exigencia sin que apenas el
perro lo perciba incluso mucho mejor si no lo percibe para nada.
Si eres creativo puedes crear juegos
divertidos para incrementar las habilidades sin necesidad de disponer de mucho
espacio.
4.
Resístete
a la tentación de ir continuamente charlando con el perro.
A menudo tratamos de motivar a nuestros
perros con nuestra voz cuando va más lento de lo que nos gustaría, pero esto
puede causar una falta de sintonía en nuestras indicaciones o bien que se
niegue a ejecutarlas si no los animamos todo el rato, lo cual resulta también
muy cansino y nos distrae en nuestros movimientos que dotan al perro de las
instrucciones para completar con acierto el recorrido. Trata de animar al perro
antes y después de las secuencias y no durante ellas. Si por el contrario no
les gusta el cambio empezar con secuencias muy simples y breves que te
acostumbren a estar mas tranquilo mientras conduces.
5.
Comienza
la enseñanza de las manera más básica y creativa.
En la mayoría de las ocasiones cuando
observamos a un perro desmotivado en el agility se debe a que el proceso de
formación se ha hecho muy acelerado, pidiéndole al perro desde un principio
cosas muy complicadas, habilidades de manejo que no hacen mas que abrumar al
perro y que le resultan muy desalentadoras. Para evitar esto se tendría que
trabajar en primera instancia en la construcción del rendimiento de obstáculos
uno a uno antes de intentar encadenarlos, primero hemos de trabajar aparato por
aparato de manera que cada uno de ellos represente una satisfacción para el
perro, premiando todas las ejecuciones, incluso si no las ejecuta a gran
velocidad, de esta manera el perro acabara adquiriendo confianza en cada uno de
los obstáculos y sera el momento en el que podamos empezar ha encadenar
pequeñas secuencias. Si un director nos encarcagara una tarea complicada sin
previamente tener asimilado los pasos intermedios, lo que nos ocurriría es que
nos estresaríamos por falta de practica, a menudo esto es lo que nos ocurre con
nuestros perros. Hemos de tomarnos el tiempo necesario para practicar, primero
aparato por aparato, luego secuencias bien pequeñas, después secuencias un poco
más largas, para finalizar incluyendo maniobras y movimientos de conducción.
Recuerda que para divertirte has
de ser creativo en los entrenamientos.
"El entrenamiento del perro es un viaje que
no tiene fin. Justo cuando pensamos que tenemos todo bajo control, algo salta
para arriba y nos da una bofetada en la cara para recordarnos que todavía
tenemos mucho que aprender". Ed Frawley
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