DIFERENTES TIPOS DE SALTOS Y SUS MECANISMOS
DE APRENDIZAJE
Como explicábamos anteriormente empezaremos
con un caballete de salto (sin palos) y haremos que el perro guiado por nuestro
brazo vaya girando a su alrededor como hacíamos con los conos. Siempre
guiaremos al perro con el brazo más próximo a él, para que empiece aprendiendo
nuestro lenguaje corporal.
A continuación
después de varias repeticiones con sus correspondientes premios podemos colocar un caballete más, como si se
tratara de un salto sin la barra longitudinal y haremos que el perro pase por
el centro en todas las direcciones posibles, izquierda y derecha y le iremos
recompensando cada vez que lo haga. Esto nos permitirá que el perro entienda de
un modo natural que queremos que pase por él.
Pongamos un par
de caballetes de salto y con el perro al lado izquierdo, mantengamos la
posición mientras ambos giramos a la derecha.
Practiquemos el
giro a la izquierda con el perro a nuestra derecha y al revés y el perro a la
izquierda y nosotros a la derecha. Estos giros son especialmente fáciles dado
que los dos os movéis en la misma dirección.
Una vez hayamos
realizando muchas repeticiones, podremos colocar dos caballetes más de saltos
construyendo una línea recta y haremos la misma operación que explicábamos
anteriormente, pero en este caso lo haremos viniendo corriendo desde el primer
salto para hacer el giro en el segundo. Todos estos ejercicios los deberemos
hacer variando nuestra posición derecha/ izquierda y en ambos sentidos.
Tras muchas
repeticiones podremos ir incrementando el número de caballetes de un modo
progresivo alargando el recorrido en línea recta.
Construyamos
una línea recta de saltos, coloquemos al perro en posición de sentado vayamos
hacia el otro extremo de la línea de saltos y llamémoslo con entusiasmo con los
brazos abiertos, hagamos clic cuando salte premiando a continuación cuando llegue
a nuestro lado, repitamos varias veces e incorporemos el comando "salta,
job..."
Otra variante
que podemos hacer con un par de saltos. Hagamos que el perro se ponga en
posición de quieto, luego llamémosle con entusiasmo. Mejoraremos la llamada y
conseguiremos que acabe pasando por el interior de los saltos, para llegar a
donde estamos. Este ejercicio resultara especialmente útil en el futuro cuando
queramos trabajar salidas.
Podemos hacer
lo mismo, una recta con caballetes, coloquemos al perro sentado y llamémosle
para que acuda hacia nosotros cuando venga le recompensaremos con la pelota, o con el mordedor, que
normalmente tienen un valor más elevado de motivación que la comida.
Ahora enviemos
al perro hasta donde esté una diana (target) o juguete. Empecemos con varios
conjuntos de caballetes la orden de alejarse hasta que pase por en medio de
varios de ellos.
Otro ejercicio
que deberemos hacer es coger un caballete y enviar al perro para que lo bordee
en cuanto lo empiece a rebasar giraremos a su lado como un compas para que
entienda el mecanismo, cuando lo haya rebasado totalmente premiaremos
inmediatamente efusivamente con el mordedor jugando con él unos instantes.
Con dos
caballetes enviaremos al perro a que bordee el primero y girando sobre él en
sentido de la ajugas del reloj abordaremos el siguiente de modo que el perro
describa un ocho, estos movimientos los deberemos practicar muy a menudo
incluso cuando el perro ya este compitiendo nos resultara especialmente útil
para que el perro aprenda a ceñirse a los saltos y recortar.
En agility hay
diferentes tipos de salto, como veremos más adelante; un obstáculo, dos
obstáculos juntos, la rueda, el castillo, el salto de longitud. Si el perro
tira la valla o rehúsa el obstáculo, sufre una penalización de cinco puntos,
tres rehúses conllevan la eliminación.
Entre los ocho
y los diez meses podremos colocar la barra de salto a nivel de suelo para a
partir de los trece meses subirlos a unos 10 ó 15 cm en el caso de los minis y
unos 20 ó 30 cm en el de los estandars.
No es nada
recomendable comenzar antes de los trece meses, a que el perro salte los
saltos, en alturas superiores a las anteriormente especificadas, las etapas de
su crecimiento se deben ir cubriendo poco a poco o de lo contrario cuando el
perro envejezca padecerá grandes problemas de cartílagos y de articulaciones.
De esta forma el esfuerzo físico no le acortara ni reducirá su calidad de vida.
Haremos los
mismos ejercicios que hacíamos sin palos, para que poco a poco se vaya
familiarizando con el mecanismo de salto, la altura de los saltos no nos debe
preocupar el perro aprenderá a calcularlos.
Nunca debemos
hacer saltar al perro a la altura máxima reglamentaria de competición, el perro
debe tener un mínimo de 18 meses para empezar, las prisas no son buenas
consejeras y solo acortaran la vida deportiva de nuestro perro y provocaran
imprecisión. Aunque hay quien opina que se podrá colocar a la altura de
competición a partir de los doce meses, personalmente considero que el querer
que el perro salte pronto estas alturas no hará que en el futuro lo haga mejor,
solo reportara un riesgo muy elevado de lesiones.
Un perro que no
haya sido machacado de cachorro y que se encuentre en forma y saludable puede
participar en competición hasta que tenga 11 años.
Una vez
observemos que el perro se siente cómodo realizando el ejercicio en línea recta
podemos empezar hacer ejercicios con forma de curva. Para finalizar
construyendo sencillas figuras de salto.
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